Vivimos en una sociedad inconformista y ávida de nuevas experiencias que justifiquen cada proceso de compra que llevamos a cabo, lo que provoca que, como respuesta a esta exigencia de los usuarios, surjan nuevas tendencias en marketing. El Sensory Design o diseño sensorial es el principal exponente de esta nueva realidad del sector y busca adaptarse a estas nuevas necesidades a través de las sensaciones, creando experiencias de compra.
El usuario, y como consecuencia las marcas, persigue desde hace un tiempo nuevas experiencias de compra que complementen la adquisición de productos o servicios. Es por ello por lo que el marketing busca involucrar cada vez más a los cinco sentidos en los procesos de compra, reproduciendo así las características de cada producto o servicio para que, de esta manera, aporten un valor añadido a los usuarios.
En el comercio tradicional, el de los retails físicos, hace mucho que se introdujo el sensory design a través de la decoración, la música o los olores, pero ahora busca dar el siguiente gran paso para sorprender a los clientes. El Sensory Packaging o embalaje sensorial es una de las nuevas tendencias creativas del comercio online (del que también se pueden beneficiar los minoristas físicos que realicen envíos de productos) que ha traído consigo el Sensory Design.
En los inicios de las compras online, el embalaje era concebido como una manera de proteger el género para que no se dañara en los traslados, por lo que, al tener esta única utilidad, no se cuidaba la imagen de lo que envolvía el producto. Posteriormente, el packaging empezó a verse como una oportunidad para las marcas, siendo este un nuevo espacio donde poder representar y transmitir el mensaje de una manera distinta.
El packaging es lo primero que ve el usuario cuando hace una compra por internet, la primera impresión que tendrá el consumidor de la marca incluso antes de ver el producto que ha comprado. Por esta razón, el embalaje se ha vuelto cada vez más importante dentro de los procesos de compra. Gracias a ello, y a la necesidad de los usuarios de experimentar nuevas sensaciones, nace el sensory packaging.
Este tipo de empaquetado multisensorial pretende estimular los sentidos del consumidor para crear una experiencia de compra distinta al resto.
- El sentido visual es el más utilizado por las marcas. Representa a la firma a través de la decoración del embalaje con las imágenes o los colores asociados. Un ejemplo de la aplicación de estas técnicas de marketing potenciando el sentido visual en el packaging lo encontramos en el embalaje de Nike, caracterizado por un color llamativo como negro o rojo que contrasta con el logo blanco que identifica a la marca.
- El sentido auditivo es de los más difíciles de representar y su objetivo es fidelizar al usuario logrando que identifique la marca a través de un sonido. A efectos prácticos, el sentido auditivo suele estar directamente relacionado con el embalaje, de manera que en el momento de abrir un paquete, este produzca un sonido concreto que lo represente. Un ejemplo sería el sonido que produce abrir una lata de Coca Cola, ya que la acústica se relaciona directamente con la firma, lo que aúna representación visual y auditiva.
- En cuanto al sentido del gusto, a menudo es un punto de diferenciación muy importante, ya que una marca puede causar una muy buena impresión inicial incluyendo en su embalaje productos comestibles como caramelos o bombones que acompañen gratuitamente al pedido principal.
- El tacto, aunque también está asociado con el embalaje tradicional, es distintivo para una marca si esta utiliza en su packaging distintas texturas que puedan sorprender al receptor del paquete. Son las firmas de ropa las que suelen incorporar en sus embalajes texturas de seda o materiales más agradables al tacto para envolver el producto.
- Por último, el sentido del olfato es uno de los sentidos más fáciles de estimular a través del embalaje y suele causar un gran impacto sensorial. Muchas marcas incorporan en sus paquetes productos con olor como flores o añaden el aroma distintivo de la firma. Un ejemplo de marca con un olor que le diferencia del resto es Stradivarius, ya que, en el momento en el que se entra en alguna de sus tiendas, el primer estímulo que reciben los usuarios es su olor específico.
La era digital y las nuevas tecnologías han hecho que sean cada vez más numerosos los clientes que reducen sus compras en retails físicos en beneficio del negocio online. Es por este motivo por el que el embalaje se ha vuelto un aspecto clave en el marketing, puesto que es una forma de crear nuevas experiencias para el usuario dentro del e-commerce o proceso de compra en internet, buscando de esta manera reproducir la experiencia del usuario en una tienda física y trasladarla a cualquiera de los sitios donde se abra el paquete.
Descubre nuestro Máster Oficial en Creación y Desarrollo de Proyectos Digitales Interactivos.