Has sido premiado en Pasarela Vigo, Creamoda Bilbao… En la pasarela EGO de Cibeles Madrid Fashion Week ganaste de forma consecutiva el Premio L’Oreal a la mejor colección… ¿Qué te han aportado todos estos reconocimientos?
Los premios son muy gratificantes pero lo más importante ha sido poder realizar las colecciones y un poco medirme a mí mismo, mi capacidad de creación y de producción, empezar a construir mi propio lenguaje y al mismo tiempo montar y organizar la empresa. Está siendo todo muy intenso.
El trabajo en el taller es en cierta medida un trabajo en solitario; los certámenes y concursos te permiten cotejar tu trabajo con el público y la crítica y medir de alguna manera el nivel de conexión que tienes con ellos.
Eso te afianza y te da seguridad y obviamente te permite también poner en crisis y corregir lo que crees que no ha funcionado.
Fuiste seleccionado para representar a España en la segunda edición de La Maison de la Création de Marseille, has desfilado en la Viena Fashion Week y en la Brooklyn Fashion Week de Nueva York. Háblanos de estas experiencias.
Fueron experiencias muy interesantes. Tanto en Viena como en Brooklyn pude conocer a compradores, estilistas y blogueros con los que he seguido en contacto y en breve voy a regresar.
Estoy estudiando el calendario de los próximos meses y estas pasarelas están dentro de mis planes.
Pero sin duda lo más importante ha sido poder presentar mi trabajo en Pitti Uomo de Florencia, una de las ferias de ropa masculina más importantes del mundo.
En 2008 creas tu propia firma, ETXEBERRIA, especializada en moda masculina. ¿Por qué moda masculina? ¿Has pensado en diseñar una colección de mujer?
Elegí trabajar en moda masculina un poco por casualidad. Los diseñadores de mi entorno en Barcelona, empezando por Serguei Povaguin con el que aún trabajaba cuando monté mi firma, hacían mujer y me pareció que hacer hombre era una buena manera de buscar mi propio espacio. Entonces me di cuenta del gran vacío que había en España en la moda masculina y el enorme distanciamiento entre creadores y público.
Aquí, a diferencia de otros países como por ejemplo Gran Bretaña o Bélgica, no se había sabido evolucionar desde la sastrería clásica a una sastrería moderna sino que se había producido una ruptura drástica y se estaba optando por una actitud renovadora pero sin raíces.
La inspiración por la tradición se había abandonado por una inspiración por lo deportivo, casual, informal e incluso teatral. Las propuestas continuistas de los ochenta se estancaron y la buena confección en pasarela, se había perdido.
Mi trabajo ha buscado enraizarse en esta tradición para crecer desde ahí hacia actitudes contemporáneas y eso creo que ha sorprendido y gustado. Está claro que la crítica tiene en estos momentos los ojos puestos en la moda masculina porque seguramente va a ser la que más evolucionará en los próximos años.
En cuanto a lo de hacer una colección de mujer, lo cierto es que no me lo he planteado pero tampoco lo descarto. Las prendas que he hecho hasta ahora las han comprado indiferentemente hombres y mujeres. No es un problema de género sino de patronaje en lo que se refiere a la prenda y de calendario en lo que se refiere a la colección.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
Sinceramente no creo mucho en la inspiración. Mi trabajo no se supedita a una idea feliz que lo gobierne todo o una imagen fetiche alrededor de la cual crear unos estilismos.
Yo creo a partir de mi propio trabajo. Mi interés radica en una reflexión continua sobre el hombre y su manera de vestir.
La propia moda masculina es, no sólo la razón de ser de mi trabajo sino también el instrumento con el que trabajar.
Por lo general se suele menospreciar el buen hacer de la sastrería para ensalzar la idea feliz o la ocurrencia graciosa cuando en realidad sólo en la estructura de un buen traje o de una buena gabardina hay más creatividad que en muchas ocurrencias.
Ese es el terreno en el que trabajo y allí es donde encuentro el material para evolucionar.
¿Cómo definirías tus colecciones?
Si algo en común tienen las colecciones que hasta ahora he realizado es la importancia que siempre han tenido en ellas los conceptos de mutación, transformación y metamorfosis.
Y eso seguramente ocurre porque lo que más me interesa de mis prendas es que muestren la ambigüedad de lo que está en pleno proceso de transformación, dejando ver siempre de donde proceden (la sastrería clásica, mis raíces vascas, la artesanía) y hacia donde van: una fuerte modernidad nunca desligada de lo contemporáneo.
En “La Piel que Habito” A/W2011 el proceso creativo se centraba en la transformación del cazador en el animal cazado. En “Jour de Fête” S/S2012 asistíamos al paso de la mañana a la noche, durante un caluroso día de verano. En ambos casos las prendas mostraban esa transformación mediante cambios de formas y tejidos pero también haciendo patente la evolución de sus influencias más clásicas hacia una actitud más contemporánea.
La colección que he presentado: “Viaje de Invierno” A/W2012 se construye como un viaje, a la manera tal vez del “Gran Voyage” de los románticos.
En ese viaje vemos transformarse nuestro vestuario y vemos a las prendas cambiar su estructura y su tejido para adaptarse a un entorno cada vez más distinto de aquel del que venimos.
Para mí lo más importante es la prenda. No hay distancia entre idea y prenda. La prenda es la idea. Hay que basarse en ella y crecer a partir de ahí. No tengo una prenda preferida, todas me parecen increíblemente interesantes. He trabajado con la mayoría de las prendas clásicas interviniendo sobre ellas, tergiversándolas, modificándoles su estructura o combinándolas entre sí y todas me resultan igualmente útiles: gabardinas, abrigos, monos, chaquetas, chalecos, pantalones etc.
Quizás para mí el interés máximo de una prenda radica precisamente en su capacidad de transformarse en otra. He realizado monos-abrigo, chalecos-abrigo, chaquetas-chaleco. Asimismo las superposiciones me parecen tremendamente enriquecedoras y no siempre siguiendo el orden clásico del tres piezas: pantalón-chaleco-chaqueta sino modificando la ecuación y situando por ejemplo; el chaleco, convertido en abrigo, por encima de la chaqueta.
¿Nos podrías hablar de tu siguiente proyecto?
En este momento estoy preparando la presentación en las pasarelas de Madrid y Viena de mi colección S/S_13 “La piel del Sur” que es la que he mostrado en Pitti Uomo y a la vez organizando su producción. He acabado la producción del vestuario que he diseñado para un hotel cerca de San Sebastián y ya he empezado con la colección A/W_13.
¿Cuál es tu meta?
La verdad es que hacer predicciones en este momento, sin saber cómo evolucionará la crisis económica y social en la que estamos inmersos, es un poco aventurado. Habría que preguntarse primero cómo estará la moda dentro de diez años. Acabó de empezar y creo que aún es pronto para marcarse un único destino.
Sé cómo quiero seguir evolucionado, sé que quiero seguir explorando esos aspectos artesanales de los que he hablado anteriormente. Me gustaría acercarme cada vez más a una especie de alta costura para hombre y sé que esto es casi imposible que me ocurra en España, donde el mercado de hombre es muy tradicional y minoritario.
Pero pienso que a pesar de lo fugaz y acelerada que es la moda, para mí esta es una profesión en la que es muy importante controlar los tiempos. Me gusta pensar en mí como un corredor de fondo de la moda.
Entrevista realizada en 2012.